Con este libro, Carlos Díaz lanza un desafío, plantea un modelo de intervención con el que propone eliminar las barreras que separan la experiencia que viven el acompañante y la persona acompañada.
Su propuesta es “lucha por el otro como luchas por ti mismo, porque te duele su dolor, es decir, porque lo amas”. Según este planteamiento, será el amor que une al otro el que facilitará fortalecerle. Y será el que provoque la implicación en el proceso de descubrimiento y cambio en la persona que precisa ayuda. Lejos de la distancia y la neutralidad que marcan otros modelos terapéuticos.
Nos presenta la Terapia Personalista Comunitaria, que apoyada en la con-dolencia persigue un desarrollo personal basado en valores que no negará que el bienestar, la felicidad, no se identifica con la ausencia de dolor en la vida de las personas.
Por otro lado, es necesario destacar que según su propuesta no se da una separación entre el individuo y la comunidad, planteando que para una persona compasiva, nada humano le es ajeno; “ni gozo ni pena, ninguna forma de vida o de muerte”. Su modelo establece una conexión directa entre cambiar el corazón humano y cambiar el corazón de la sociedad.
Todo ello se describe acompañado de sus aportaciones en relación a aspectos como la corporeidad y la experiencia emocional, o el papel del sentido ante el dolor, el sufrimiento y la muerte.