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La metáfora del sanador herido para humanizar las relaciones de ayuda

En el counselling la persona del ayudante es un sanador herido que se reconoce como tal al experimentar el eco del esfuerzo empático de entrar en el mundo del otro, quien nos devuelve nuestra propia realidad y no solo la suya. Zambullirnos en el mundo del otro nos abre las puertas de nuestro propio mundo y nos permite apreciar las semejanzas entre ambos. Así nos reconocemos frágiles y vulnerables, lo que paradójicamente nos puede hacer más fuertes.

“Médico, cúrate a ti mismo. Terapeuta, conócete a ti mismo. Profesor, cultiva en ti mismo la sabiduría. Ayudante, desarrolla la madurez” afirma José Carlos Bermejo al presentarnos su último libro, El sanador herido publicado por la editorial Desclée De Brouwer.

Para el presidente de ACHE “El sanador herido es una metáfora, un arquetipo que es más utilizado que conocido, por eso en estas páginas he querido explorar la sabiduría que viene del mito de Quirón y del siervo de Jahvé, donde intento extraer claves para hacer fecunda la propia herida, para desarrollar la sabiduría que nace de la propia herida”. A través del canal Humanizar de YouTube, Bermejo invita a humanizar las relaciones de ayuda. “El encuentro con los otros despierta en nosotros la propia fragilidad, hay un eco de nuestros problemas y dificultades que, bien gestionado, se puede convertir en potencial de mejor comprensión y más eficacia para ayudar a las personas que sufren”.

Para el autor, el poder humanizador de la imagen del “sanador herido” radica en el hecho de que constituye un ejercicio de humildad y de aprendizaje, que los profesionales del cuidado pueden realizar a partir del reconocimiento de la propia humanidad, hecha no solo de recursos –conocimientos, habilidades, destrezas, roles…– sino también de fragilidades de toda índole que, bien utilizadas, pueden precisamente transformar a los profesionales en mejores personas.

ACEPTAR LA PROPIA CONDICIÓN DE FINITUD

En el libro, Bermejo explica que el terapeuta no solo debe haberse sentido herido durante la vida para poder ayudar al paciente, sino que requiere haber asimilado y superado la herida. Si no la ha superado, corre el peligro de identificarse con el sufrimiento del paciente.

La sanación de estas heridas no será la negación de las mismas, sino la vida armónica interna. No se trata de suprimir el problema o el sufrimiento, sino de aceptarlo, integrarlo, trascenderlo. La sanación implica un sano amor propio y confianza, decidiendo el desde dónde y cómo vivir.

Por ello aborda los tipos de heridas, la supervisión de las mismas en la intervención de ayuda y su relación con el estrés profesional; así como otros temas como el sesgo en el counselling, la resiliencia y la libertad. 152 páginas que contribuyen al arte de integrar la propia sombra. Puedes adquirirlo en nuestra página web, dentro de la sección de publicaciones sobre counselling y relación de ayuda.