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Más Counselling, más salud

Aún recuerdo lo de “tender al infinito” cuando intentaba aprender funciones en matemáticas. Con el tiempo ese mismo concepto me sugirió otro: “tender al equilibrio”, más realista y saludable para el común de los mortales. El equilibrio siempre me pareció algo deseable, en contra de algunos a quienes pueda parecerles aburrido. La clave está en el verbo “tender a”, esto es, estar en movimiento hacia algo sin llegar a alcanzarlo nunca de manera definitiva.

El equilibrio es frágil y hay circunstancias que nos pueden apartar de él. El stress excesivo, por ejemplo, puede ser la causa de dolores de cabeza, tensión muscular o problemas cardíacos, que tienen su traducción en nuestro comportamiento en forma de irritabilidad, comidas desordenadas o sensación de cansancio constante.

Una pauta de conducta, según la cual reaccionamos habitualmente de forma más o menos agresiva ante cualquier comentario objetivamente neutro, se puede deber al papel que juega el miedo como emoción primaria en nuestra vida. El sistema nervioso autónomo simpático está constantemente activo en ese caso, preparado para actuar ante lo que percibe como amenazas. Y aunque el nombre sea divertido, no lo son las consecuencias, ya que esto puede derivar en insomnio, problemas digestivos, hipertensión… a raíz de los elevados niveles de cortisol y adrenalina en sangre.

El Counselling es una herramienta de la que disponemos para restablecer, en situaciones cotidianas, no patológicas, ese equilibrio perdido. En una ocasión, un compañero me contó que una ejecutiva a la que él trataba estaba de baja porque había tenido un ataque cardíaco causado por stress agudo. A la presión en el trabajo se unía un divorcio reciente, unos hijos pequeños y una autoexigencia que le impedía buscar ayuda externa. A través del vínculo de confianza que logró crear con ella (a lo que contribuyó que se presentara como counsellor y no como psicólogo, pues ella decía no necesitar un “loquero”) pudo ayudarla a personalizar significados y confrontarla con su delicada situación, tras lo que decidió buscar ayuda, comenzando por delegar funciones en su trabajo.

En otra ocasión tan sólo tuve que persuadir a una usuaria para que no mantuviera abiertas tantas ventanas en el ordenador, reduciendo así su nivel de ansiedad. Tenía una curiosidad natural por todo, lo que había ido evolucionando hasta convertirse en una necesidad de control de cada mínimo detalle y que percibía como una amenaza, para lo que buscaba información en internet. Puede parecer obvio, pero ella no era capaz de verlo y no por falta de inteligencia. Exploramos el porqué de esa necesidad de control y llegamos a la conclusión de que reducir el número de ventanas abiertas en su ordenador podría ayudarle, probó y ¡voilá!

Son sólo algunos ejemplos de cómo el Counselling puede ayudar a prevenir problemas de salud, mejorando nuestra calidad de vida por el camino. Más Counselling, más salud.

Gema Humanes, counsellor y socia de ACHE