Seguimos profundizando en el Counselling sociosanitario. Y ahora nos encontramos con una carta de Magdalena, médica, a un desconocido paciente. Me parece muy bella. La expresión de una profesional sanitaria que desea aportar sus habilidades y actitudes a la persona que está en un momento excepcional de la vida: el proceso de morir. Con su saber y su experiencia. Con lo que ha aprendido como alumna de counsellig en el Master de Counselling del Centro de Humanización de la Salud, y lo que aplica en la Unidad de Cuidados Paliativos de los Religiosos Camilos.
Hablar con el corazón no es tan fácil. Normalmente nos disfrazamos, nos cubrimos de fundamentos teóricos que dificultan el acceso a lo que de verdad somos. Con estas palabras, la autora se despoja de ropajes ornamentales para descender a decir desde el corazón, desde el amor, lo que late en ella cuando se encuentra con la realidad de la persona que enferma, que enferma y que muere, y cómo desea comprometerse activamente con ella, sabiendo que es limitada también, asumiendo que a veces puede decir aquello que no es adecuado, que no es lo que la persona que sufre, necesita.
Ese “pacto de amor” que propone, es para mí un aliciente. ¡Ojalá todos los profesionales de la salud nos sintamos invitados a hacer pactos de amor para humanizar la asistencia sanitaria!. Va la carta.
Rosa María Belda, médico y counsellor.
“Hola, desconocido. Nuestros caminos se cruzan en un momento delicado para ti pues tu proyecto vital parece próximo a concluir. Considero que es un privilegio poder acompañarte en esta etapa final de tu camino y me gustaría atenderte lo mejor posible, porque sé que no estás en tu mejor momento, porque intuyo que hasta las palabras dichas sin mala intención, duelen. Tú mereces la mejor atención, mi tiempo, mi dedicación, mi mejor sonrisa, mi experiencia, mi sabiduría y sin embargo…no siempre te doy lo mejor de mí. A veces te llega mi impaciencia, mi cansancio, mi hartazgo, mi inseguridad, mis juicios, mis órdenes, como si yo supiera qué es lo que más te conviene. Y eso me preocupa mucho, porque tú y yo no somos tan diferentes…
Yo puedo ser tú en cualquier momento. La vida tiene eso, que de vez en cuando nos sacude hasta los cimientos y nos deja a merced de nuestro miedo más profundo, ese que nos acompaña desde que nacemos, el miedo a morir. Y te debo mi lealtad no sólo por ser quien eres sino por ser yo quien soy. Ante todo debería poder seguir vislumbrando tu dignidad, aún en las peores circunstancias y tratarte no como a un enfermo, sino como a una persona, alguien que es fuerte y vulnerable a la vez, alguien con una trayectoria vital única e irrepetible y que puede ser mi reflejo en el espejo.
Puestos a soñar, el mejor médico es el que trata a sus pacientes con amor, pero no del de las telenovelas, sino amor de verdad, el que es incondicional, el que te acepta tal como eres y lo que te ocurre, sin juicio.
Así que, puestos a soñar, haré un pacto de amor contigo:
–Prometo estar ahí sin atosigarte con mis miedos y dudas.
–Prometo aplicar el counselling para:
Comunicarme contigo de una manera respetuosa, procurando siempre aceptar y respetar tus propios ritmos, creencias y valores.
Y decirte la verdad en la medida en que tú necesites.
Hablar con tu familia y hacerles ver de la mejor manera posible cómo podrían acompañarte en estos momentos tan importantes que estás viviendo.
–Prometo insistirles en el amor incondicional, en aceptar lo que hay y lo que tú precisas, aunque sus expectativas sean otras, pero sin imponer mis opiniones, sin pretender saber lo que más te conviene y sin juzgar tus o sus modos de obrar.
–Prometo ser un soplo de aire fresco y procurar entre todos no convertir tu habitación en un velatorio antes de tiempo.
–Prometo hacer un uso adecuado y ajustado a tus necesidades de los fármacos sedantes y analgésicos aunando otros cuidados que puedan mejorar tu calidad de vida y disminuir tu sufrimiento.
–Quiero caminar a tu lado amando la vida y aprendiendo a disfrutar de esos pequeños grandes momentos que hacen de la existencia un regalo maravilloso.
Si me lo permites, tú y yo vamos a vivir juntos momentos estelares de tu existencia, donde serás el gran protagonista. Seré un testigo silencioso y discreto de tu manera de cerrar los asuntos pendientes, despedirte de los tuyos y abandonar este mundo.
Vigilaré tu último sueño para que sea sereno y confortable. Comprobaré que te has ido y te diré un “descansa en paz” con todo mi corazón.»
Mª Magdalena Lasheras Tina, Médico paliativista y alumna del máster de Counselling.